martes, 29 de mayo de 2012

VIENA Y BUDAPEST CON LA MEJOR COMPAÑIA

De por sí el viajar me gusta, pero si lo hago con amigos de toda la vida, la cosa mejora. En el mes de Mayo Vero Tamayo, Roddy y mi Prima Renata, vinieron a Madrid para pasar unos días por la Capital Española. Como ya se ha ido convirtiendo tradición, decimos conocer algunas ciudades juntos, y las elegidas fueron Budapest, Viena y Praga. 

El viaje empezó sin mí. Primer Destino de los viajero Praga.
A los dos días yo viajé a Budapest, para poder encontrarme con ellos. La verdad es que Europa Central es muy fácil recorrerla. Son ciudades como yo les llamo "perfectas". Todo es impoluto, todo está en su lugar, es como un cuento de hadas.

Con mi compañero de Viajes, mi juli, llegamos desde Barajas a Budapest en la aerolínea RYANAIR (que recién está volando a ese destino). Al día siguiente nos levantamos con el clásico desayuno húngaro, que entre sus delicias tenian tomate, lechuga, mostaza, así es, para el desayuno.

Inmediatamente nos dirigimos a la estación de Buses para irnos a Viena, donde nos íbamos a encontrar con la "gallada". La opción del bus fue la mejor, pues cuesta la mitad y llega a las 3 horas, casi como el tren. Apenas llegamos, con todas las fachas de mochileros,fuimos directo al centro, buscando un restaurante típico de la ciudad y probar algo de su gastronomía. El plato elegido era el Wiener Schnitze, que era una carne tipo milanesa, acompañada de un vino tinto de la casa. La mejor manera de recargar baterías y disfrazarnos de turistas.

Era época alta en Viena, y reservar hotel no fue tarea fácil, así que de las pocas opciones que teníamos en booking, elegimos un hotel que se llama "Andreas", que más que hotel parecía una pensión. Sin tomar en cuenta la entrada, que parecía un cuento de terror, los cuadros, que según Renata se le movían los ojos, y la atención del dueño, "Andreas", era un lugar cercano al centro, y el lugar elegido para celebrar el cumpleaños de mi prima.
Esa noche mis amigos después de viajar 7 horas desde Praga, llegaron a Viena, y por fin empezábamos nuestro recorrido.

Conocí la clásica salchicha de viena, "choripan" como dicen en Argentina. Repleta de queso, y lo encontrabas en todas las esquinas de la Ciudad. 

Conocer Viena en dos días es misión imposible, así que escogimos lugares específicos.Después de una caminata por la noche por el distrito Stephansdom, la cual se encuentra rodeado por la carretera circular, llamada el anillo, llegamos a la iglesia de Stephansdom, una joya del barroco austriaco, nos topamos con el Palacio de la Opera totalmente encendido, con una pantalla gigante emitiendo imágenes de la Boheme, mientras el público encantado permanecía sentado y de pie escuchando el recital. Un ambientaso. El buen tiempo acompañaba y las terrazas llenas, con una luna que iluminaba más que los faroles.

En la mañana siguiente, con el Hangover gracias a la celebración del cumpleaños de mi prima, por el poco tiempo que teníamos, la mejor opción era coger el bus turístico.
Viena, es una de las ciudades más importantes del siglo pasado, cuna de artistas y personajes históricos. Mozart, El zar Alejandro, la famosa emperatriz Sisi. Una ciudad con edificio imponentes. Un verdadero retroceso al pasado.El único museo que alcanzamos a conocer fue el Palacio de Schonbrun, con unos jardines mágicos.

Después de dos horas de recorrido, entramos al Bar Mozart,para almorzar, pero sobre todo para probar el café vienés, típica institución que aún desempeña un papel importante en la cultura y tradición de la capital austriaca. Sin tener más tiempo, cogimos el último bus y nos dirijamos a Budapest.

El riesgo de viajar en Mayo es que te toque un día nublado, lluvia y cielos negros, y eso fue lo que nos sucedió en Budapest. Un ciudad muy pintoresca, bañada con el Danubio, y es que los húngaros, más que nadie, saben sacarle partido a los ríos. Hoteles-Barcos, Restaurantes flotantes, y hasta un bus que anda por las calles y al meterse al río se convierte en lancha. 
Lo primero que hicimos al llegar, fue dar un paseo por el centro, conocimos Váci Utca, la avenida Adrássy y la Basilica de San Esteban.

Aunque no soy muy partidaria de coger los buses hop on-hop off, porque me gusta realizar mis propios recorridos, es la mejor opción cuando haces viajes express. Así que dos horas nos dedicamos a conocer Buda y Pest, su historia, su origen, y por todas las guerras que han pasado para convertirse en una ciudad de referencia mundial.
Puente de las cadenas
15h00 y llegó la hora de probar la gastronomía húngara, muy rica en sabores y aromas. Utilizan muchas especies a la hora de condimentar y básicamente se compone de platos con verdura, carnes, pescado y muchos embutidos. El ingrediente que no puede faltar es la paprika. El plato que elegimos fue el clásico goulasch, que es como la historia del Ceviche. Ecuador dice que es de ellos y Perú indica lo mismo. En este caso en Viena también lo promociona como de ellos. Pero en fin, un plato exquisito y muy sano.

Souvenir


El viaje iba llegando a su fin. Aparte de subir un kilo por tanta probadera de comida, me quedé con la mejor sensación y me llevé el mejor recuerdo de una Europa central que ya tenía muchas ganas de conocer.
Con mi juli

Nos vemos y hasta la próxima aventura. 




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